Sostenibilidad. El nuevo reto de la comunicación

El nuevo reto al que se enfrenta la sociedad pasa por la sostenibilidad. Nuestro público, cada vez está MÁS formado e informado y demanda un compromiso real de las marcas en materia de responsabilidad corporativa.

Y es que somos conscientes de que solo tenemos un planeta y de que es nuestra responsabilidad cuidarlo y mantenerlo.  En este momento, las compañías ya no se diferencian únicamente por sus productos o servicios, sino que se enfrentan al reto de demostrar a sus clientes que mantienen con un COMPROMISO SOCIAL REAL. Algo que no debe visibilizarse únicamente en acciones o campañas concretas, sino que debe formar parte del corazón del negocio, de la cultura corporativa de las marcas.

Con pequeños gestos es como se consiguen las cosas más grandes.

Y es, por ello, por lo que las grandes compañías se han puesto manos a la obra para fortalecer su responsabilidad social corporativa (RSC) reflejando un impacto directo en la sostenibilidad en sus planes de comunicación y marketing.

Hasta hace poco tiempo, las empresas utilizaban su RSC como un logro o reconocimiento a una buena cultura empresarial. Ahora, los consumidores se han dado cuenta de que, detrás del gran slogan, no había nada. Por eso, cada vez tienen más en cuenta qué es lo que esa empresa está haciendo para minimizar su impacto en el medio ambiente.

Adidas, por ejemplo, ha prohibido en sus instalaciones los plásticos de un solo uso. Tanto es así que para sus shootings en exteriores se mantiene la norma y les ha llevado a crear una línea de producto utilizando los plásticos que recogen del mar. Cada día más marcas del mundo de la moda echan un vistazo a la naturaleza y el impacto que tienen en él sus productos. En base a esta premisa,  crean y lanzan colecciones que sean sostenibles.

Naciones Unidas, por su parte, ha desarrollado los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), metas marcadas para garantizar un futuro mejor para todos a los que los países, independientemente de su nivel de desarrollo o riqueza, asumen la responsabilidad de trabajar por su cumplimiento.

Destaca, especialmente, el número 12 con el que se trabaja para “garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”, un punto en el que los departamentos de marketing y comunicación, así como las agencias, tenemos mucho que aprender para alinear con acciones que obtengan resultados mientras se cumple con una RSC que aporte valor.

Lo que está claro es que no solo importa lo que hacemos, sino también cómo lo contamos.

Una de las claves en este sentido es saber que los atributos exponenciales de nuestra marca deben verse reflejados no solo en nuestras acciones en RSC, sino también en el discurso, relato y selección de portavoces de nuestra compañía. Además, debemos ser plenamente conscientes de un concepto clave: es fundamental involucrar a nuestros principales skateholders e integrar sus preocupaciones sociales y medioambientales en nuestras estrategias.

Por su parte, el público cada vez demanda más que las marcas se posicionen sobre problemas que les preocupan en su día a día y que van mucho más allá de la estrategia de comunicación y marketing de la compañía. Esto, además, tiene un efecto directo en su comportamiento a la hora de comprar productos. Y es que, la llegada del COVID-19, ha cambiado el perfil del consumidor. Cada vez estamos más interesados por la manera de producir y gestionar de las marcas: es el tiempo de las compañías con valores éticos.

Involucremos, pues, a todos nuestros públicos en nuestras estrategias de comunicación. Hagámosles partícipes de nuestros valores, objetivos y de nuestra visión de la Responsabilidad Corporativa. Solo de esta forma podremos liderar el cambio social hacia un mundo más inclusivo y respetuoso con las personas y el planeta.

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